jueves, 25 de junio de 2009

La Globalización... ventajas y desventajas



Por Carolina G.M



Personas de hace dos siglos jamás se hubieran imaginado siquiera de hablar de “Globalización” “¿Qué es eso?”…dirían; y aún sabiendo el significado del concepto, con toda seguridad, verían imposible que eso llegase a suceder. En nuestros días, sin embargo, este fenómeno es algo que está sucediendo; y todos nos vemos absorbidos por él de alguna manera. Hoy, podemos hablar de una “aldea global” donde cada vez se acortan más las distancias: se fusionan culturas, sistemas de administración; lo que nos va convirtiendo en “vecinos” de países y culturas que se encuentran a miles de kilómetros de distancia.

La Globalización se define como “integración de diversas sociedades internacionales” ya sea en el ámbito económico, cultural, comunicacional etc. Es aquí dónde, prácticamente, se “caen” las fronteras.

Ahora bien, este fenómeno, es digno de ser analizado, para poder ver sus pros y sus contras.


Económicamente hablando, se ve la globalización cómo la integración de los países a la economía capitalista, es decir la regida por el mercado, por los bienes y servicios; personalmente, creo que este interés desmesurado por regir el mundo por dinero, que todo nuestro sistema de vida se rija por él, hace que caigamos estrés e injusticia social. También podemos pensar, que al tener esta clase de economía mundial, hace que los países cooperen e incluso dependan unos de otros, ya sea por medios de los tratados de libre comercio, exportación de recursos naturales o importaciones: podemos tener más productos, menos costo etc. Es aquí dónde los productores nacionales se siente atacados sosteniendo que los productos extranjeros se roban los clientes por los bajos precios en que se comercializan los productos llegados. Podemos ver también, que cuando uno de estos países “proveedores” cae, los países que se refugiaban, caen junto con él, eso lo vemos hoy en día en la crisis económica actual, que si bien tuvo un “epicentro Americano” las repercusiones son mundiales. Hay que reconocer si, que es una ventaja esta cooperación mientras está estable, ya que beneficia a los países que están interactuando y al hablar de países, es mejor visualizarlo en personas, beneficia a la misma gente.


Por otro lado, hay quienes dicen que el fenómeno de la globalización va contra el nacionalismo y el “sentimiento patrio”. Creo que se va perdiendo identidad nacional y se van adoptando ciertos rasgos de culturas ajenas produciéndose una fusión de cultural. Es obvio que no deberíamos perder nuestra “esencia”: la diversidad de culturas es lo que hace del mundo “hermoso”, es lo que nos hace sorprendernos, es lo que nos hace querer “viajar”. Está fusión está pasando en nuestro país, ahora bien, y simplemente pasa como parte de el afán comercial y económico mundial, hoy por ejemplo, los niños celebran el Halloween, costumbre originaria de lo que llamaríamos la “cultura gringa” y ni siquiera se sabe el por qué de esta celebración ni sus raíces..nada, sólo de adoptó por que los medios de comunicación mundiales lo difunden y es algo que “vende”, por otro lado un error propio de los chilenos es que nos encanta copiar cosas y nos “aburrimos” ante la posibilidad de crearlas. Ahora bien, es distinto el sentimiento patrio, con el cariño a la cultura. ¿Para qué tanto sentimiento patriótico? ¿No es eso lo que provoca guerras y que personas por amor a ideologías y amor a su país de maten unos con otros?... un punto para reflexionar.


Creo ese sentimiento de unión y cooperación que genera la globalización pudiera se beneficioso: vivir en una “aldea”, sin fronteras, sin divisiones, ese sentimiento me gusta, por mucho que se idealice, es rico tan sólo imaginárselo: vivir sin tanto papeleo ni dependencia administrativas, que no hayan fronteras ni prejuicios nacionalistas tan sólo vivir…


La comunicación es otro aspecto en que el mundo se ha “achicado”, podemos tener conocimiento de lo que pasa en todo el mundo: podemos incluso hacer “viajes” desde nuestro computador, podemos ver en un monitor o en un TV a personas que están al otro lado del planeta en forma casi simultánea.

El avance de las tecnologías, las telecomunicaciones, e Internet, además del los medios de transporte han permitido que estemos viviendo este proceso de Globalización. Podemos analizar muchos puntos favorables y muchas desventajas, todo depende del cristal con que se mire, si todo se manejara con equilibrio, no debería ser perjudicial.

viernes, 19 de junio de 2009

Los Impuestos... ¿justos o injustos?


Por Carolina G.M


No es raro escuchar, a las afueras de un banco, o al recibir las cuentas, personas quejándose de los impuestos… así es, los famosos “impuestos”.
Algunos dicen que es justo pagarlos, ya que todos nos beneficiamos de el dinero recaudado, viéndolo materializado en obras públicas y cosas por el estilo; otros dicen que son una sinverguenzura, que son demasiados y muy caros elevándose cada día más. Ante esto: ¿qué son los impuestos?, ¿es justo o injusto su pago?...

Podemos comenzar pensando en que la propia palabra nos da una idea de lo que significan: “impuestos”… sí, imponer, algo que sin consenso sólo se fija y debe ser cumplido, en este caso por el Estado. Una fuente de información mencionaba que surge “exclusivamente por la potestad tributaria del Estado principalmente con el objeto de financiar sus gastos”. Es así como los impuestos son el medio principal por el que el Estado obtiene recursos para llevar a cabo sus actividades y funciones como: administración, inversión social, en infraestructura, seguridad nacional, prestación de servicios etc.

Tenemos distintas clases de impuestos siendo los principales los siguientes:
Los Directos: los que recaen específicamente sobre las personas, las empresas o las sociedades cobrados, ya sea, en la renta, en el enriquecimiento, es decir al tener propiedades, o también al realizarse trámites personales como obtener documentos licencias etc. Los Indirectos: los que se pagan en los bienes y servicios viniendo ya incluidos en el precio de venta, un ejemplo típico de estos aquí en Chile es el IVA.
A su vez los impuestos son Regresivos dónde cobra a todos por igual la misma cantidad, es decir una tarifa única, y también Progresivos considerándose la capacidad económica de las personas o empresas, es aquí cuando por ejemplo los pobres pagan menos impuestos que las personas adineradas.

Ante todo esto, creo una cosa es cumplir con la obligación y no cumplirla, y otra muy distinta es si este arreglo nos parece justo o no.
Creo que, el considerar los impuestos justos o injustos es algo plenamente subjetivo y creo, también que al igual que en muchos asuntos no siempre es negro o blanco, sino que también hay grises.
Primeramente, que es un arreglo inteligente por parte del estado para sustentarse y hacer que el país funcione; en parte es un recurso salvavidas, ya que hay un dinero fijo que mantiene al país, lo cual es propiamente legítimo y uno, la mayoría de las veces uno ve en las cosas en que se emplean, en las obras públicas: viviendas, escuelas, arreglos de las calles, hospitales etc., y todos los usamos y nos gusta usarlos y ver que los construyan que los reparen y mantengan bien.
Ahora bien, me resulta un poco chocante ese afán de subir en forma excesiva los impuestos y por prácticamente todos los lados sacarle plata a la gente. Es increíble que por el tener un auto, o una casa o un terreno: cosas “propias”, se tenga que pagar, se me viene a la mente gente pobre que quizás con el máximo esfuerzo, logran comprarse algo y más aun tengan que seguir pagando por poseerlo … ¿es justo pagar a otro por lo que es nuestro?

Se define justicia como: “virtud que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”, según esto, un impuesto sería justo cuando corresponde con la capacidad económica de la persona, algo proporcional. Por tanto, cuando a todos por igual se cobra por un servicio o por un producto, la cantidad de plata que debe pagar el pobre por este impuesto es mayor en proporción a su ingreso que la que debe pagar la persona rica viéndose afectada fuertemente la economía del primer grupo.
Siempre habrá una minoría a la que le cueste enormemente el poder pagar su obtención: la llamada “brecha de ingresos entre ricos y pobres”, siendo fundamental que los impuestos no recaigan tan pesadamente en productos o servicios de primera necesidad.

Ahora bien, (¿por qué no?) es digno pensar si acaso todo el dinero de los impuestos el gobierno los usa para el bien público o si se emplean eficientemente… bueno, ¿para qué cuestionar esos motivos?... Confiemos que sí.
Sí considero positivo que el estado suba los impuestos de productos que llevan a ciertos “vicios” como cigarrillos, licores, o juegos de azar. El subir los impuestos, y con ello, los precios de esos bienes es una buena estrategia para regular el consumo que podría tornarse potencialmente perjudicial para las personas.

Es aquí donde llego a uno de los primeros puntos mencionados: una cosa es si son o no justos, lo cual queda a criterio de cada persona y otra cosa es cumplir con la obligación o no cumplirla. Independiente si son justos o no, categóricamente deberíamos pagarlos: es una forma de demostrar sujeción a las autoridades, de mostrarles respeto, no podemos no cumplir la Ley y convertirnos en “ladrones silenciosos” al evadirlos, sería una vergüenza como personas.
Por lo tanto, cuando escuchemos a una persona reclamar ante sus cuentas o quizás cuando estemos pasando el dinero al cancelar por un producto podemos sonreír y pensar en que ya tenemos una visión acerca de esta famosa palabra… “impuestos”.